Muchas veces nos cuestionamos si nuestras acciones hacen, o no la diferencia para mejorar nuestros entornos, y la respuesta es SI. Todas las acciones que puedas ejecutar tienen el potencial de llegar a ser la base para cambiar comunidades enteras; tal es el ejemplo de Valer Clark, a quien he tenido la fortuna de conocer, y escuchar el impacto de su historia para la conservación del medio ambiente en la zona fronteriza entre México y Estados Unidos en el desierto de Sonora.
Hace más de 40 años Valer, y su esposo Josiah compraron de manera inesperada durante un viaje de vacaciones su primer rancho “El Coronado” con 1,920 hectáreas en las montañas Chiricahua al sureste de Arizona. Lo cual cambió su destino por completo; vendieron su casa en Nueva York, y se mudaron temporalmente a una casa móvil dentro del rancho siendo ese lugar el punto de partida para resolver una de las principales problemáticas de la región, el abasto de agua y conservación. Todo el rancho y las tierras de las zonas aledañas presentaban un alto nivel de degradación, solo se veía mezquite y rocas, los arroyos secos, llenos de basura.
Este fue el nacimiento no planeado de Cuenca los Ojos. Inspirado en la capacidad de recuperación de la región, Valer empezó un proceso de compra para transformar más tierras vecinas entusiasmada por la transformación que podría dar a la zona y ayudar a crear un corredor de vida silvestre uniendo un grupo de propiedades estratégicamente situadas que van desde praderas hasta bosques de montaña, pasando por el desierto, por lo que en el lapso de cuatro décadas adquirió más de 120,000 hectáreas, y ha construido una serie de gaviones, trincheras y bermas de tierra combinados con la aireación, y la resiembra para restaurar gran parte de esta zona.
Desde entonces Valer ha estado restaurando cuencas hidrológicas a partir de pequeñas presas de roca conocidas como trincheras, ha llevado al límite, y probado grandes resultados en las cuencas. Asimismo, ha sido fundamental en el proceso la formación de una red de organizaciones entre los Estados Unidos y México, en las que ella misma ha sido promotora de alianzas con instituciones líderes en conservación como el Fondo Mexicano de la Conservación de la Naturaleza, e incluso fundó, y financió Cuenca de los Ojos AC México “CLO” y Cuenca los Ojos en Estados Unidos, la misión de las dos organizaciones hermanas es: “preservar y restaurar la biodiversidad de las tierras fronterizas entre Estados Unidos y México mediante la protección de la tierra, la restauración del hábitat y la reintroducción de la vida silvestre”**
Hace unas semanas hablé con Valer, ya recuperada de cirugía de cadera con toda la movilidad, y energía para emprender lo que sigue, la vi con su sonrisa, y movilidad que la caracterizan a través de una videoconferencia. Sin duda, un gran ejemplo como agente de cambio de la región y países, logrando cambios radicales ante cualquier adversidad devolviéndole vida al planeta.
Con sus aliados sigue con la misión de dar los últimos pasos para asegurar la protección permanente de la zona, forjándose como una gran líder de esta reserva única y ejemplo a seguir en el planeta en cómo darle la vuelta y sacarle siempre lo verde a todo en las condiciones más adversas.
¡Gracias Valer y CLO por compartir esta increíble historia e información para los lectores de Acciones Sostenibles! Realmente admiro muchísimo tu trabajo de vida, y eres una inspiración para trabajar más a favor del planeta y nuestro querido México.
Dr. Francisco Suárez Hernández, Director General de y Ex Presidente del Consejo del World Environment Center.
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