La última semana los líderes mundiales se reunieron en Nueva York para la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) en su celebración número 77, siendo esta la primera totalmente presencial desde el comienzo de la pandemia. Así mismo, participan jefes de estado, jefes de gobierno, diplomáticos y líderes de sector de alto nivel de todo el mundo.
Esta semana no solo es un momento clave para la ONU, sino que son días intensos en los que inclusive he sido participe en años anteriores, desde la Semana del Clima que marca su decimocuarto año con más de 500 eventos repartidos entre 10 temas, teniendo cede no solo en Nueva York sino en todo el mundo, perteneciendo al programa más amplio de eventos oficiales globales. De igual forma, se reanudó la Junta anual “Clinton Global Initiative” a la que convoca el Expresidente Bill Clinton, a 2 días de conexiones y muestra de mejores prácticas de emprendimientos sociales y ambientales, se generan y detonan más proyectos sostenibles, junto con la numeración de decenas de eventos y foros, todo ello durante la semana de un hilo conductor verde, a favor del planeta y la humanidad.
Los diferentes encuentros parten de una complicada realidad que estamos viviendo, ya que pertenecen a una serie de medios y crisis altamente complejas y conectadas, pues van incluidas desde las consecuencias de la pandemia, la guerra en Rusia y Ucrania, hasta una crisis climática creciente, que al sumar todo tiene a todas las economías del mundo buscando la manera de navegar esta tormenta con muchas variables en el aire, donde inclusive los propios economistas y jefes de estado más aprobados los tiene preocupados y ocupados por planear como todo estratega, muchas movidas antes en un tablero con varias minas y obstáculos.
El secretario general de la ONU, António Guterres, advirtió que nos encontramos en momentos de "gran peligro" y recalcó que "las brechas geoestratégicas son las más amplias desde al menos la Guerra Fría", ya que tenemos el cronómetro en contra, pues no es nada prometedor para el 2030, y el lograr realmente avanzar firmemente en el camino de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, que sería acabar con la pobreza y muchos otros indicadores clave.
Algo que tristemente todavía no logran entender o reconocer algunos líderes de todos los sectores es que, la crisis climática está nutriendo en buena medida todas las demás crisis en el mundo, y para ello tenemos efectos tanto visibles como constantes, así como lo son las peligrosas inundaciones, tormentas y huracanes con una tendencia incremental, que mejor ejemplo de ello que el huracán Fiona de esta misma semana, siendo devastador y calificado como el peor en la historia de Canadá y la región. Aunado a ello, el aumento del nivel del mar azota las costas con impactos y daños mayores en países emergentes por la condición de infraestructura local, por el caso contrario y que ya hemos sufrido en el Norte del País, períodos secos han tenido récord de sequías, pues está obligando aquí y en otros países a abandonar sus hogares, actividades y labores esenciales, muchas veces críticas para la región, llevándolas a una serie de conflictos sociales por la migración no planeada o sostenible.
Es imposible poder mencionar en esta columna todas las intervenciones de los jefes de estado, pero para cuidar el balance en regiones quisiera resaltar de América Latina con su primer intervención como Presidente de Colombia ante la Asamblea General a Gustavo Petro, entre los puntos críticos que enfatizó fue la crisis climática, la defensa de la selva amazónica, la guerra contra las drogas y la paz total con justicia social, económica y ambiental, lo cual me deja con un mensaje inicial esperanzador, ahora solo falta claridad de cómo llevarlo a la práctica con métricas y avances claros durante su gestión.
Por otro lado, el presidente Joe Biden de EUA, resaltó sus políticas climáticas, ante la Asamblea General de la ONU, cuando solicitó a las naciones que trabajen juntas para “revertir la marea de la devastación climática”. Este cambio climático fue una parte clave del mensaje del presidente a los líderes mundiales, donde anunció y celebró la Ley de Reducción de la Inflación recientemente promulgada, que incluye $369 mil millones para programas climáticos y de energía renovable en EUA y en todo el mundo.
Por parte de António Guterres, jefe máximo de la ONU, enfatizó recientemente en la misma línea de las energías renovables, mencionando que son "el único camino creíble para lograr una verdadera seguridad energética, precios estables de la energía y oportunidades de empleo sostenibles”, donde en la mezcla de energías renovables en la generación mundial de electricidad debe aumentar de casi el 30% actual a más del 60% en 2030 y al 90% en 2050.
Tenemos ya un camino claro trazado con metas puntuales por país, vamos en busca de reducción de emisiones, las cuales son la base para poder cumplir con el Acuerdo de París, donde la siguiente década es fundamental para realmente revertir la tendencia y reducir a la mitad dichas emisiones, se dice fácil pero es una labor que requiere toda una coordinación mundial para realmente poder lograrlo, sin embargo, debe ser nuestro hilo conductor verde para cuidar la única casa que tenemos, nuestro planeta. Está clarísimo que también tenemos que atender muchos temas vitales, pero si no atacamos el problema de raíz y hacemos algunos sacrificios a corto plazo, las actuales y futuras generaciones lo pagaran con una mayor factura.
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