Sin lugar a dudas, cuando escuchamos las conversaciones de cambio climático en muchos casos se ve distante a nuestro día a día con términos como Net Zero Emissions, gases efecto invernadero, energía renovable, y muchas más palabras técnicas. Para entender mejor dichos términos, el cambio climático puede ser tan sencillo de explicar cómo: los humanos hemos estado en la tierra por más de 300 mil años, pero realmente hemos empezado a contaminar mucho más en los últimos 60-70 años, y nuestra contaminación se queda en la atmósfera por miles de años creando una especie de cobertor atrapando el calor dentro de la atmósfera, ese calor causa huracanes más fuertes, incendios más grandes, más inundaciones, y la extinción de miles de especies.
En el caso de México este cobertor se ha traducido en un incremento de la desertificación, falta de agua en el norte y fuertes inundaciones en el sur, cambios en los ciclos de lluvias que complican por completo la agricultura, disminución de bosques y vegetación, debido al aumento de incendios forestales que de nuevo este año nos han afectado muchísimo y por ejemplo los ganaderos y productores de Tamaulipas ya comenzaron a tener problemas con la muerte de ganado por la “mega sequía", lo cual tiene sin agua al 90 por ciento de las presas.
México es muy sensible a los efectos del cambio climático, como consecuencia, actualmente tenemos impactos como, por ejemplo; que se ha vuelto más caluroso desde la década de los años sesenta, se ha reducido el número de días más frescos desde los años 60’s, y hay más noches con temperaturas elevadas.
Tenemos más de 2 mil 500 especies que están en peligro o riesgo de extinción, debido a la degradación de los ecosistemas, alrededor del 67% de los bosques en nuestro país están fragmentados que presentan intervención hasta en un 50% de su área, por lo tanto, hay un descenso en la calidad y cantidad de los hábitats naturales.
Según el Instituto Nacional de Cambio Climático (INECC) ha reportado que de los 2 mil 456 municipios que tenemos en México, 480 (20%) tienen un impacto por el cambio climático muy alto, o alto. De acuerdo con el Banco Mundial, y la OECD se calcula que cerca del 68% de la población y el 71% del PIB de México están en riesgo por los efectos negativos del cambio climático.
La foto está clara, tenemos que trabajar más considerando que el gas que más se emite en México es el bióxido de carbono con 71% de las emisiones, seguido del metano con 21%, del total de estas emisiones 64% provienen del consumo de combustibles fósiles; 10% se originan por los sistemas de producción pecuaria; 8% provienen de los procesos industriales; 7% se emiten por el manejo de residuos; 6% por las emisiones derivadas por la extracción de petróleo, gas y minerías, y 5% se generan por actividades agrícolas.
Otros datos que se están vigilando y sobre todo cuantificando es que en el periodo 2003-2018 el costo promedio por la contaminación del aire aumentó en promedio 4.8% anual, siendo las principales emisiones contaminantes las generadas por autos, donde tenemos gran tarea en movilidad en el país.
Dentro de muchas acciones es clave la promoción del manejo sostenible de los bosques, programas de reforestación, la neutralidad de las tierras, y la prevención de la degradación de las mismas, así como el impulso de acciones colectivas en materia de océanos y recursos pesqueros, a fin de enfrentar la acidificación de los océanos.
La buena noticia es que tanto la causa como la solución para acabar con el cobertor de contaminación está en nuestras manos, el gran reto es enfocar nuestras acciones diarias para contribuir con nuestro granito de arena para dejar un mejor planeta a nuestros hijos.
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