Por: Francisco Suárez Hernández / Luisa Montes
Esta semana tengo el gusto de tener de coautora a Luisa Montes, Fundadora y directora de Ecovalores, especialista en finanzas sostenibles, inversión responsable, información y análisis ESG, como dato a destacar trabajó en la creación del primer índice de sustentabilidad de la Bolsa en México.
Las emisiones de GEI deben llegar a cero neto
Las empresas enfrentan diversas presiones tanto por parte de sus clientes, como de reguladores y otros grupos de interés, para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y reportar al respecto. Por lo tanto, están haciendo un gran esfuerzo. También están estableciendo objetivos netos cero reconociendo la necesidad de tomar medidas urgentes para combatir el cambio climático, pero no están solas, los gobiernos y el sector financiero están realizando esfuerzos similares para lograr objetivos importantes de reducciones.
En el acuerdo de París los países se comprometieron a limitar el calentamiento global a 1.5°C arriba de los niveles preindustriales, para lograrlo, las emisiones de GEI deben llegar a cero neto entre 2050 y 2060, sólo así podremos minimizar los riesgos de las consecuencias del calentamiento global.
Ecovalores y Finanzas sostenibles
En la Conferencia de las Partes COP 26 en Glasgow el sector financiero tomó un papel más relevante en el escenario de las soluciones climáticas. Quizá debido a que los gobiernos no podían alcanzar un acuerdo en 25 años que llevaban reuniéndose anualmente, o quizá porque desde la publicación del Reporte Stern en 2006 se vislumbraba que las soluciones al cambio climático podrían provenir del sector privado.
Así fue como surgió la Net Zero Banking Alliance (NZBA), iniciativa que busca apoyar al sector financiero con los esfuerzos globales para lograr emisiones netas de gases de efecto invernadero cero para 2050. Los bancos miembros se comprometen a alinear sus carteras de crédito a emisiones netas cero para 2050 o antes. Estableciendo objetivos parciales para 2030 para sectores prioritarios y comprometiéndose a informar su progreso anualmente. En el caso de México, Banorte ya se sumó a la iniciativa y firmó el compromiso, y ya reporta anualmente su avance.
Para la banca la reducción de sus propias emisiones es un reto menos complicado, comparado con otros sectores industriales y su nivel de emisiones, que se deben principalmente a la operación de sus oficinas (sucursales) y servidores, donde la huella también se refleja en su red de respaldo por lo delicado y la misma seguridad de la información que debe salvaguardar. El mayor reto está en su cartera, que son sus emisiones alcance 3, es decir, que no dependen de su operación directamente, sino de la de sus clientes.
La banca enfrenta así una disyuntiva:
Diversificar más su portafolio de inversión entre los diferentes sectores y sus emisiones respectivas, donde puede poner en riesgo un porcentaje relevante de su cartera, y los ingresos que ésta representa o ayudar a sus clientes a reducir emisiones, al mismo tiempo que empieza a financiar oportunidades de cambio.
Medir y reportar emisiones en carteras es muy complejo, para ello existen herramientas como el Partnerships for Carbon Accounting Financials (PCAF) que nos brindan índices de emisiones por sectores. Es decir, índices de emisiones por dólar financiado, pero sigue siendo un desafío importante para muchos bancos. Por varias razones, no es fácil para la banca conocer a fondo el destino de los fondos que presta, tampoco conocer sobre las operaciones de cada empresa cliente del banco y menos poder uniformar emisiones por peso (o dólar) financiado.
Adicionalmente estas emisiones han sido calculadas para economías desarrolladas, en países con otro tipo de economías como el nuestro, es necesario adaptar estos índices.
El talento del sector financiero tiene mucho que aprender y desarrollar en materia de sostenibilidad.
Los principales retos que enfrenta la banca o el sector financiero en la carrera hacia el cero neto:
1. Integración de criterios ESG: ambientales, sociales y de gobernanza en las decisiones de inversión.
2. Evaluación de riesgos climáticos: desarrollar metodologías para ello.
3. Innovación en productos financieros verdes: que apoyen proyectos sostenibles.
4. Cumplimiento regulatorio: adaptarse a regulaciones ambientales cada vez más estrictas.
5. Gestión de activos sostenibles: incluir criterios de sostenibilidad en la gestión de activos.
6. Incentivos para prácticas sostenibles: ofrecer incentivos financieros a empresas y proyectos sostenibles.
7. Estrategias de compensación de carbono: desarrollar y participar en estrategias efectivas.
8. Reducción de emisiones indirectas: asociadas con las actividades del banco.
9. Educación a clientes sobre la importancia de la sostenibilidad: informar, educar y trabajar de la mano en proyectos sostenibles con los clientes.
Existen muchos retos y obstáculos por superar en el mundo financiero en línea con un futuro más sostenible, pero es esperanzador tener expertas como Luisa buscando influir positivamente en el sector y tengo ya años de presenciar los proyectos y prácticas que gracias a un esfuerzo coordinado del sector estamos avanzando positivamente en la agenda verde y:
¡¡¡Emprendiendo más acciones sostenibles!!!
Liga a las columnas publicadas al momento:
- Wokii News (disponible hoy a partir de las 9:00 am) https://wokii.com/opinion-la-banca-y-la-carrera-hacia-el-cero-neto/
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