Durante los últimos días la guerra entre Rusia y Ucrania nos han recordado el impacto y las pérdidas a la humanidad que sufrimos cuando se rompen los canales de comunicación entre naciones desatando guerras en las cuales los grandes triunfadores son los productores de armas o la industria bélica.
En este sentido, algunos impactos al planeta donde las emisiones y fumarolas de las guerras NO tienen fronteras son los siguientes:
- El impacto ambiental de las guerras inicia mucho antes, al considerar que tiene una gran huella el simplemente convocar, entrenar, movilizar y mantener todos los recursos materiales que requieren las fuerzas militares por años.
- Las emisiones que emiten de CO2 los ejércitos son más grandes que muchos países combinados y se estima que podrían ocupar entre el 1 y 6% de la superficie terrestre mundial.
- La compra, mantenimiento del equipo, y renovación militar representa costos estratosféricos permanentes.
- El impacto que tienen las armas nucleares o químicas crean problemas ambientales a corto, mediano y largo plazo, pero también ocurre con armas convencionales vía la quema, detonación o en muchos casos los excedentes se arrojan al mar o zonas naturales.
- Toda la movilidad de vehículos de guerra, barcos, aviones, portaviones tienen una gran huella de CO2 y requieren de un alto suministro de energía.
- A raíz del uso de misiles y armas explosivas la cantidad de escombro que se genera en áreas urbanas, contaminan, agua, aire y suelo.
- Al cortar el suministro de energía de red, se activan plantas base diésel, tala de árboles para leña y en general condiciones mucho más contaminantes para generar energía.
- El ataque de zonas industriales, petroleras o energéticas, que en algunas ocasiones son de manera deliberada, como arma de guerra provoca la contaminación de grandes áreas.
- Muchos de los puntos arriba mencionados generan contaminación de ríos, mantos acuíferos que se llevan años o décadas en recuperar.
- Todos los desechos o materiales abandonados después de la guerra se convierten en metales o materiales contaminantes en mar y tierra.
- La deforestación se incrementa durante periodos de guerra y no se diga las áreas agrícolas afectadas o quemadas con la intención de también interrumpir la logística y suministro de alimentos como tácticas de guerra.
- El desplazamiento humano y los mismos campamentos refugiados tienen una gran huella ambiental al simplemente improvisar, si solo consideramos la última semana de la guerra Ucrania ya tuvo más de 500,000 ucranianos, que han abandonado el país, en su mayoría a Polonia y este número podría llegar a 5 millones de personas.
- Las minas terrestres y restos explosivos pueden dejar inhabilitadas tierras agrícolas y contaminar los suelos por años.
- Un alto porcentaje de personas en el país están sin agua y electricidad, y muchos más habitantes se quedan incomunicados a ciudades y pueblos debido a carreteras y puentes destruidos.
- Se provoca una gestión deficiente de los desechos en las bases militares y en campamentos improvisados.
La lista podría seguir en decenas de puntos más, y mientras que la devastación que causan los conflictos puede ser una oportunidad para reconstruir de manera más sostenible, simplemente la balanza es millones de veces más negativa en una guerra.
Esta última semana se han visto más grandes nubes de humo que se extendieron por las zonas civiles y cruzando fronteras, compuestos por gases tóxicos y material alto en partículas contaminantes y, con metales pesados y materiales energéticos. Se tuvieron combates alrededor de la planta de energía nuclear de Chernóbil. El sitio del peor desastre nuclear del mundo, que todavía está en proceso de ser desmantelado y protegido.
Asimismo, los combates cerca de Kherson, para tomar el puente sobre el Dniéper, provocaron incendios en la Reserva de la Biosfera del Mar Negro. Estos incendios fueron detectables desde cámaras satelitales y todavía no sabemos la extensión del daño en árboles y hábitats únicos para la fauna en la reserva natural más grande de Ucrania.
La esencia para lograr avanzar en temas tan complicados como una guerra es la creencia en el respeto humano y de nuestra única casa común, que es nuestro planeta: es fundamental el diálogo y los esfuerzos de colaboración y cooperación. Espero que, prevalezca la razón y que surja una vez más el espacio para la construcción de puentes sostenibles y la reconciliación, lo cual es clave para unirnos como una fuerza para el bien común de la humanidad y el planeta. Ya nos dimos cuenta en una pandemia trabajando juntos podemos salir adelante, usemos la bandera de paz sostenible para nuestro futuro.
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