En la actualidad, hemos vivido cambios profundos en todos los ámbitos de la responsabilidad social (económico, social y ambiental); una parte fundamental de estos cambios incluye la formación de los jóvenes universitarios. La relación entre las instituciones educativas y las empresas han establecido una nueva forma de gestión hacia un enfoque basado en temas sociales, éticos, de cuidado del medio ambiente, calidad de vida y de vinculación con la comunidad que antes no eran indispensables para los recién egresados que iniciaban su búsqueda de empleo y/o emprendimiento.
En este sentido, la responsabilidad social se ha convertido en una necesidad que debe ser aprendida durante la formación de los futuros profesionales en las universidades en todas las carreras. Son pocas las entidades académicas que han logrado sumar la materia de Responsabilidad Social en el programa de estudios y el mundo demanda cada vez más el incremento en la calidad formativa de los jóvenes.
Es así como surge la necesidad de que la educación superior desarrolle a personas altamente capacitadas bajo comportamientos, acciones y actitudes firmemente éticas, con el propósito de generar un ciclo de saberes preciados que logren aportar beneficios para la sociedad.
Sabemos que existen relaciones entre la universidad, empresa y gobierno que impactan directamente a la sociedad, al poder coordinar a dichos grupos de interés se podrá crear valor compartido en beneficio de la sociedad y las generaciones futuras.
Estoy convencida de que, sensibilizando a los jóvenes desde la universidad en este tema, lograremos a futuros profesionales que se preocupen por la igualdad laboral y no discriminación, por la calidad de vida de los colaboradores, por ayudar a las comunidades que lo necesitan, por el cuidado y preservación del medio ambiente y sobre todo por realizar cada una de sus actividades del día a día con profunda consciencia en la ética evitando cualquier daño al entorno.
Busquemos la articulación entre estudiantes y empresas desde la responsabilidad social para tener un perfil de estudiante preocupado por las injusticias a su alrededor y que con voluntad se comprometa a realizar acciones concretas y positivas, un estudiante que haya podido desarrollar su propia capacidad solidaria en acciones de voluntariado conducidas desde la Universidad, un estudiante informado, capaz de contextualizar su saber especializado en vista a la solución de los problemas cruciales de su sociedad, un estudiante capaz de escuchar, intercambiar y entrar en empatía con el otro, un estudiante promotor de igualdad y no discriminación, incluyente en todos los sentidos, que abra posibilidades a todos los grupos vulnerables desde su ámbito personal y laboral.
Comentarios