De una forma un tanto cuanto silenciosa, la población mundial está envejeciendo.
De acuerdo a información de Naciones Unidas (ONU), la mayoría de países del mundo están experimentando un aumento en el número y la proporción de adultos mayores.
Este envejecimiento que para muchos no es fácilmente visible, significa que: ya sea como testigos o participantes, somos parte directa o indirecta de una de las transformaciones sociales más significativas del siglo XXI, con consecuencias para casi todos los sectores de la sociedad, entre ellos, el mercado laboral y financiero y la demanda de bienes y servicios (viviendas, transportes, protección social y otras), así como para la estructura familiar y los lazos intergeneracionales.
Por lo anterior, a las personas mayores se las percibe cada vez más como elementos que contribuyen al desarrollo; se considera que sus habilidades para mejorarse a sí mismas y a la sociedad, se deberían integrar en las políticas y en los programas a todos los niveles. Es importante considerar desde ahora, que en las próximas décadas, muchos países estarán sometidos a presiones fiscales y políticas debido a las necesidades de asistencia sanitaria, pensiones y protecciones sociales de este grupo de población en aumento.
En otras palabras, de manera sutil se nos está diciendo que este modelo de vida que existe desde hace muchos años, requiere darle una revisión en general a nivel mundial y otra por las condiciones de cada país, puesto que el viejo como ha sido visto por muchos años, ya esta empezando a tener otro papel en la sociedad, tanto social como económicamente.
Para una mayor claridad de lo anterior y siguiendo con las mismas Naciones Unidas, a nivel global, la población mayor de 65 años crece a un ritmo más rápido que el resto de segmentos poblacionales.
Según datos del informe "Perspectivas de la población mundial 2019" (https://population.un.org/wpp/), en 2050, una de cada seis personas en el mundo tendrá más de 65 años (16%), más que la proporción actual de una de cada 11 en el 2019 (9%). Y para este mismo año señalado, una de cada cuatro personas que viven en Europa y América del Norte podría tener 65 años o más.
Si lo anterior puede ser visto lejano por algunos, pues veamos entonces que ya en el 2018, por primera vez en la historia, las personas de 65 años o más superaron en número a los niños menores de cinco años en todo el mundo. Se estima que el número de personas de 80 años o más se triplicará, de 143 millones en 2019 a 426 millones en 2050.
A manera de reflexión y reiteración, es necesario sino es que urgente, pensar en modificar el modelo de vida, tomando en cuenta que el adulto mayor, o diciéndolo en números, los mayores de 70 a por lo menos los 80 por ahora, se encuentran e condiciones físicas adecuadas para poder seguir haciendo alguna actividad remunerativa de acuerdo a sus propias circunstancias. Aclarando, no están como los ya “jóvenes” de 40 años, pero todavía cuentan con muchas capacidades en plenitud.
De acuerdo a la información más reciente disponible, el país que tiene la mayor cantidad de población de más de 65 años es Japón con el 28%, es importante considerar las condiciones socioeconómicas para el país.
Los más viejos después de Japón.
Después de la nación del oriente tenemos países europeos como son:
Italia: 23%
Portugal: 22.3%
Finlandia: 22.1%
Grecia: 21.9%
Alemania: 21.5%
Bulgaria: 21.2%
Croacia y Malta: 20.8%
En términos generales, según el Banco Mundial, poco más del 9% de la población total es ya mayor de 65 años. Y además sigue aumentando la esperanza de vida.
En suma y con el riesgo de sonar repetitivo, es necesario ver el mundo de manera diferente en este siglo XXI, donde ya tenemos un crecimiento del adulto mayor, pero no del llamado viejo.
En otras colaboraciones iremos explorando más esto de lo cual hay mucho que decir.
Seguiremos platicando ……
Comentarios