COLUMNA

calentamiento global (1)

Ebullición climática + evaporación social

Antonio Guterres, Secretario General de ONU (Naciones Unidas) ha sido claro y concreto al anunciar, recientemente, que el proceso de “calentamiento global” estaba concluido para dar inicio al estado de “Ebullición climática” en el que nos encontramos.

La aceptación siempre es el primer paso para el cambio; aunque en torno de lo vinculado con la crisis climática que estamos transitando también es cierto que desde hace un tiempo prudente sabemos lo que hay que hacer para revertirla.

Por sobre las discusiones bizantinas a las que nos llevan los diferentes grupos de presión sabemos que reducir el consumo de origen fósil -con sus múltiples derivados- junto con la reducción de residuos es en buena medida el inicio de la recuperación de un planeta habitable para el humano.

Finalmente estamos intentando lograr eso; que el planeta sea habitable para los humanos; contamos con un planeta que no solo se cuida solo, sino que se regenera y se transforma de manera magnífica como ya lo ha hecho infinidad de veces - muchas de ellas sin que estemos nosotros como testigos-.

Lo cierto es que somos protagonistas, y en ese rol, debemos hacernos cargo de lo que ocurre; en especial de cómo resolver los problemas que generamos y nos afectan a todos y a cada uno de nosotros.

Problema sistémico

Por lo pronto, la definición acertada de Antonio Guterres deja de lado la mitad del problema que la humanidad enfrenta vinculado con la Sustentabilidad -con independencia del término que  cada uno seleccione para referirse a ella-.

Su predecesor, Ban Ki-moon, quien fijó los “Objetivos del Milenio” -que luego migraron a los actuales ODSs (Objetivos de Desarrollo Sostenible)- comenzó el listado, sin pretensiones ordinales, con “Reducir la pobreza extrema”; objetivo que se mantiene hasta el día de hoy por la baja eficacia en su logro.

Si la recuperación del planeta -en su estado habitable para nuestra especie humana- es un objetivo primordial e ineludible, ¿a qué clase de humanidad pretendemos ofrecer un planeta en condiciones si ella misma no lo está?

En concreto, mientras ponemos foco prioritario en la preservación de la tierra estamos dejando de lado las señales que muestran que lo que está en proceso de “evaporación” es la comunidad tal cual la conocemos como resultado de una pobreza que no deja de crecer en el mundo entero.

No es necesario ser experto para conocer los resultados de la degradación social que genera la pobreza como tampoco es imprescindible que seamos expertos en medioambiente para notar que el planeta se está haciendo inhabitable para la raza humana.

Soluciones disponibles; ¿decisiones?

Como ocurre con lo vinculado con el clima, la reducción de pobreza también dispone de soluciones a la espera de que se tomen las decisiones de aplicarlas; aunque en este caso la tendencia milenaria funcione como un obstáculo para el cambio.

Hace tanto que combatimos la pobreza sin obtener resultados significativos que quizás es prudente exponer los conceptos centrales para que el cambio pueda ocurrir y, recuperemos la tierra para que sea habitada en paz por personas en su estado de plena dignidad y en condiciones de mantener su progreso como parte de la humanidad.

Si vamos a combatir la pobreza -para finalmente eliminarla- es simple notar que todo lo que hagamos para hacerla amable no funcionará en el sentido buscado; por cierto servirá para mantener la agonía, que es lo opuesto a nuestra búsqueda común.

La búsqueda de eliminación de la pobreza debe consistir en facilitar el tránsito de quienes hoy están -por la razón que sea- en condición de pobreza hacia su opuesto: riqueza.

Para facilitar el tránsito desde la pobreza hacia la riqueza es pertinente entender en qué consiste ser rico -en tanto y en cuanto esta condición represente a quien tiene disponibles los recursos necesarios para cubrir sus necesidades y la capacidad de esfuerzo para llegar adónde se proponga-; solo eso, riqueza no es ser billonario, es lo opuesto a pobreza.

Miremos en nosotros mismos; ¿qué nos hace ricos?, ¿el dinero?, ¿el auxilio de otros?, ¿quiénes nos suplantan para hacer lo que nosotros no sabemos hacer?... ¿o nuestra capacidad para generar riqueza?

Cuando comprendemos que la riqueza no es acumulación de dinero sino que es una construcción preeminentemente individual -en especial en todo lo relacionado con la toma de decisiones y la disponibilidad de las voluntades necesarias- estamos en condiciones de ver que el mejor auxilio que podemos brindar para que, quien hoy es pobre, recorra el camino que lo lleva a la riqueza es compartir con él nuestros talentos.

Aquellos talentos necesarios para generar riqueza, los cuales, cuando son compartidos, enriquecen a ambas partes por igual.

Las personas pobres están atrapadas en su pobreza porque no disponen de agua potable para sobrevivir; bien, ¿cómo se resuelve ese punto?, ¿se puede hacer un pozo?, ¿se puede hacer un ducto?, ¿se puede hacer un acueducto?... lo que definan los expertos como mejor opción se puede implementar a través de la comunidad local.

Los voluntarios locales dispuestos a obtener un oficio preciado y valorado por su comunidad, reciben herramientas, entrenamiento y los talentos necesarios como para lograr resolver el problema por sí mismos. Y replicarlo tantas veces como sea necesario. Incluso compartirlo con quienes crean prudente y beneficioso.

El cambio que se inicia con los talentos compartidos no se detiene más; enriquece a los protagonistas y a sus comunidades. Deja un obstáculo de lado y eleva a la comunidad a un nuevo nivel, del que no hay razones por las que podría descender, porque el conocimiento + talentos necesarios + experiencia están adquiridos y se hicieron propios.

Podemos pasar al siguiente desafío y así avanzar hasta que de la pobreza no queden rastros; sin haber inyectado dinero, solo generamos riqueza.

Si vamos a preservar el planeta para la humanidad hagamos que en él viva una humanidad con dignidad en un estado de abundancia que no haga a nadie dependiente.

Podemos hacerlo; todos tenemos talentos para compartir y el resultado es tan enriquecedor como abarcador. ¿Lo hacemos juntos?

Fernando Solari

Esta es mi opinión, pero estamos en una comunidad que se enriquece con el diálogo, y aquí abajo tenemos un cuadro de diálogo abierto para intercambiar ideas, ¿te sumás? ¿Compartís tu opinión? ¿Tu punto de vista? ¡Gracias por adelantado! Abrazo

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