COLUMNA

emoción (2)

Sustentabilidad evolutiva

La sustentabilidad es el camino ineludible para que la comunidad alcance la condición de sostenible y alejemos el fantasma -cada día con cuerpo más definido- de que el daño que le hacemos al planeta termine dejándonos sin sitio donde vivir.

Claramente esta visión apocalíptica no es la única razón por la cual la sustentabilidad es el futuro ya que poner el foco en la obtención de resultados positivos tanto en el aspecto social como en el ambiental y económico hace que ese futuro asegure ser mejor para toda la comunidad.

Si todo lo que hacemos lo llevamos a cabo de manera sustentable los resultados serán beneficiosos desde todo punto de vista y abarcadores por lo que no hay razón para que no hagamos las cosas de esa manera.

Sin embargo por ahí pasa la gran dificultad para lograr el cambio sustentable: la razón; ya que somos seres emocionales que tenemos la capacidad de razonar, capacidad que ponemos en práctica en ciertas y determinadas ocasiones cuando la emoción nos lo permite.

Como somos seres eminentemente emocionales hay razones a las que les cuesta convencernos para que las consideremos como válidas por más evidencias que presenten; y la sustentabilidad no está exenta de pasar por este filtro.

Que seamos principalmente emocionales tiene mucho que ver con que los estímulos para optar por un camino o por otro dependan de lo conmovedores que se presenten.

Cuando optamos por la filantropía -con franqueza o tuneada para mostrar evolución aunque hagamos lo de siempre- se debe en buena medida a que nos conmueve la reacción que desata nuestra generosidad.

La filantropía y sus versiones es una decisión personal que resulta digna para quien la elige sin ser una opción válida para las organizaciones de ninguna especie porque no resuelven problemas ni le entregan sosteniblidad a las acciones; pero eso se apoya en razones que la emoción rechaza.

Mezcla potente

La trampa que nos presenta el hecho de que seamos seres emocionales con capacidad de raciocinio es la de buscar imponer una cualidad por sobre la otra, invalidándola.

La emoción suele prevalecer por sobre la razón porque está última es una capacidad adquirida en forma tardía, cuando ya llevábamos milenios de evolución con nuestros antecesores preocupados por sobrevivir gracias a su instinto sin espacio para razonar.

Evolucionar, en forma integral que incluye a la sustentabilidad, depende de la capacidad de entretejer emociones con razones para que los resultados sean superiores y abarcadores.

Mezclar de forma potenciadora emociones con razones nos permitirá tejer una red que nos asegure que no haya caídas que hundan en la necesidad a ningún integrante de nuestra comunidad y que podamos interactuar aportando valor para obtener valor superior como resultado.

Fernando Solari

Esta es mi opinión, pero estamos en una comunidad que se enriquece con el diálogo, y aquí abajo tenemos un cuadro de diálogo abierto para intercambiar ideas, ¿te sumás? ¿Compartís tu opinión? ¿Tu punto de vista? ¡Gracias por adelantado! Abrazo

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Sustentabilidad en red

La sustentabilidad será posible como resultado de nuestro desempeño en las redes que formamos en cada una de las capas que conforman nuestra comunidad.

Vivimos en red porque las redes sirven para contenernos, nos permiten tener -y mantener- vínculos dinámicos entre los diferentes miembros de cada grupo, nos brindan la posibilidad de alcanzar mucho más de lo que lograríamos solo con nuestros brazos y nos mantienen unidos y formando parte de un todo en el que logramos aquello que en forma personal sería impensable.

Formamos redes porque nos lo impone nuestros instinto gregario y las mantenemos por conveniencia, por una sana conveniencia que representan todos los beneficios de la vida en sociedad.

Lo que es importante saber, para poder tejer las mejores redes en cada oportunidad, es que éstas se forman con hilos de razón que se transforman en redes cuando logran anudarse con nudos de emoción.

Los hilos de nuestras redes son las razones por las cuales hacemos cada una de las cosas que hacemos, por la razón que nos lleva a tomar una determinada decisión en vez de otra y por la que elegimos entre opciones para quedarnos con solo una de ellas.

La razón es un elemento determinante y siempre presente en todo aquello que las personas hacemos pero no podría transformarse en red si no fuéramos capaces de unirlo con otro hilo, de afirmarlos a ambos a través de la emoción.

Si a la razón no lo une y afirma la emoción no podremos construir las redes básicas para que la comunidad -o cualquiera de los grupos que la conforman- actúen como tal.

Si nos quedamos con razones tendremos cortinas que nos parecerán límites hasta que alguien se anime a enfrentarlo y descubra que son cortinas formadas por hilos desconectados entre sí.

Las razones por sí solas solo construyen teorías que, si no se llevan a la práctica no podrán generar resultados, no cambiarán nuestras vidas; ni a favor ni en contra.

En todo lo que hacemos con nuestras vidas, con todas nuestras relaciones, en cualquiera de los sitios donde llevamos nuestra vida adelante habrá redes de las que formemos parte porque así funciona -metafóricamente- la comunidad de la que no nos podemos separar.

Decisiones emocionales

El desafío se presenta cuando nos cuestionamos por qué tomamos decisiones que parecieran ir en contra de la comunidad, cuando vemos que el proceso natural de las redes se encuentra con decisiones destructivas tomadas por personas que dañan a las redes mismas y al ambiente necesario para que evolucionen.

Las redes son la comunidad y todo lo que la conforma; tenemos redes formadas por instituciones, organizaciones, empresas, ONGs y la lista sigue hasta abarcar a todo aquello que hacemos las personas como integrantes de un grupo, deseando o no pertenecer a él, como puede ocurrir con una comunidad y ciertas personas que no se adaptan a ella.

Si mantuviéramos la figura metafórica de la red sería simple ver un modelo que nos lleva a aplicarlo en forma de proceso donde vamos diseñando los hilos para, llegado el momento, unirlos con otros a través de un nudo emocional y así seguir adelante hasta que el proceso nos deje una red que se vaya perfeccionando con el tiempo.

Ese proceso lógico no es más que la forma que creemos correcta de un armado como el que describimos pero al que la realidad lo ejecuta de otro modo por una razón principal: el hombre -en términos prácticos- no es un ser racional como se presenta sino que es un ser con capacidad de raciocinio movido por las emociones.

De esta forma las redes; compuestas por hilos de razón unidos por nudos de emoción nos sorprenden por estar formadas al revés de cómo creemos que lo están; tomamos decisiones emocionales que luego argumentamos para que sean aceptadas por aquellos que se involucraron a través de la pasión y poder sostener el armado de la red para continuar con su tejido y evolución.

Si aceptamos este proceso de funcionamiento social veremos con mayor claridad por qué el hombre actúa en contra de la naturaleza sin atender razones, por qué la sustentabilidad es un discurso que cuesta tanto llevar a la práctica y por qué aquello que en mayor medida se hace a favor de la comunidad no son más que versiones de una filantropía y un asistencialismo que ya han comprobado su ineficacia.

Fernando Solari

Esta es mi opinión, pero estamos en una comunidad que se enriquece con el diálogo, y aquí abajo tenemos un cuadro de diálogo abierto para intercambiar ideas, ¿te sumás? ¿Compartís tu opinión? ¿Tu punto de vista? ¡Gracias por adelantado! Abrazo

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