La sustentabilidad es muy probable que nos abra el camino para llegar -finalmente- al tan deseado bien común, aunque tanto o más probable es que ese tránsito no necesite de la guía de un líder.
Entre las características del mundo actual hay una marcada evidencia de que ciertos y determinados países buscan líderes que resuelvan sus problemas y, además, los regresen adónde supieron estar a gusto.
Las opiniones respecto de la marcha del mundo en los últimos años -cualquiera sea el período que se considere y el sitio del mundo que se analice- nunca son ecuánimes ni justas; pero algunas certezas pueden considerarse como válidas, en especial aquella que señala la imposibilidad de recrear lo vivido.
Hay un nuevo mundo, esto es válido para cada día que transcurre, y ese nuevo mundo tiene características que conviene asumir.
Algunas de ellas son:
Los problemas no se resuelven con dinero, de hecho aquellos problemas más profundos, intensos y potentes; tanto como para conmover y quitar el sueño, no guardan ninguna relación con el dinero.
A aquellos que acumulan dinero, por la razón que sea, se les dificulta cada vez más mantener una vida pacífica y sin sobresaltos.
Se diluyen las posibilidades de imponerse como dominante cualquiera sea el terreno en que se lo intente.
La búsqueda de perspectiva lleva a un punto en que queda en evidencia que todos estamos en una casa común que no puede subdividirse cambiando el destino de sus partes.
Diversos unidos
La búsqueda de la solución de estas características planteadas suele ocurrir entre pares; los agricultores imaginan que las posibilidades de progreso son limitadas pero claras, como lo creen aquellos vinculados con las finanzas y tanto como quienes comparten un determinado origen, lengua o religión.
Solemos analizar al mundo utilizando nuestras lentes calibradas para nuestra forma de ver llegando a una respuesta y solución que se impone por claridad y definición de sus formas, tanto como le ocurre al resto de los grupos que analizan las oportunidades de progreso con los mismos derechos y entusiasmo.
El progreso solo será tal si nos lleva hacia el bien común considerando que no se trata del promedio de lo que cada uno de los que formamos el todo aspiramos a obtener sino de que cada uno obtenga la oportunidad de poner en marcha su vida tal como la imagina sin daños ni obstáculos inevitables.
Para esto tenemos que comprender que las soluciones solo son tales cuando se comparten y se guía a quienes necesitan aplicarlas para que queden en condiciones de hacerlo con autonomía y, a su vez, compartirlas con quienes sepan las necesitan.
Que no se puede ser rico en un mundo de pobres y que la solución no consiste en donar la mitad de la fortuna para demostrar sensibilidad al tiempo que se reduce la carga impositiva.
Que cualquiera que prometa resolver problemas liderando el regreso de viejas costumbres se encontrará con que ya no es sostenible; sin poder denunciar como complot a la realidad.
El cambio hacia el futuro no es individual sino grupal; requiere de grupos integrados por diversos que comprendan que los progresos deben ser puesto a favor del hombre como tal y que la naturaleza es su origen de la cual dependen para subsistir.
Todo progreso que respete y fomente la dignidad de la persona, facilitando los recursos necesarios para alcanzar sus sueños en armonía con la naturaleza, no solo representa un futuro mejor sino que lo hace sustentable, y sostenible.
Fernando Solari
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