COLUMNA

culpa (1)

Sustentabilidad creadora

La sustentabilidad, a pesar de ser una actividad de reciente aparición requiere un cambio de foco para llegar adonde todos esperamos que arribe.

La sustentabilidad tiene un arrastre de origen que debe ser corregido; para aquellos que la consideran como el resultado de la evolución de la RSE [Responsabilidad Social Empresaria] la contaminación principal es la de tener a la culpa como disparador.

Si las empresas tienen que demostrar que son responsables -siendo que técnicamente se trata de un absurdo ya que es imposible que una empresa se mantenga en el mercado siendo irresponsable y, si a pesar de todo  lo hiciera, es deber del gobierno interrumpir su actividad; y de la comunidad denunciarla para que esto ocurra tan pronto como para evitar los efectos dañinos de toda actividad irresponsable- tenemos un problema que debe ser enfrentado y resuelto.

Si parte del problema es que en buena medida los gobiernos necesitan de las empresas para dinamizar la economía, y esa necesidad los lleva a aceptar acuerdos efectivos y notables a corto plazo, pero inconvenientes para la comunidad y el ambiente compartido a largo plazo; quienes tienen que trabajar en profundidad sobre los conceptos de la sustentabilidad -y la forma de avanzar hacia donde ofrece sus logros- son esos mismos gobiernos.

La comunidad suele demandar lo que conoce y lo que identifica como valor por lo tanto un trabajo de fondo ineludible es el de evangelizar, difundir en la comunidad aquellas actividades que le generarán bienestar sostenible; y capacitarla para que logre alcanzarlo sin dependencias.

Si el valor predominante sigue siendo el económico, si el objetivo compartido se concentra en lograr riqueza económica en forma casi exclusiva la responsabilidad parte de quienes definen el marco de actuación de todas y cada una de las actividades; si los políticos -quienes tienen en sus manos estas decisiones- se transforman en personas tanto o más ricas que muchos de los empresarios más hábiles y capaces nos encontramos con un sistema subvertido que debe recuperar su rumbo natural.

Si partimos de la culpa solo vamos a considerar como válida la compensación; y la sustentabilidad no consiste en dañar para luego reparar sino en generar riqueza en valores de forma positiva, haciendo que los recursos disponibles rindan más y mejor siendo más abarcadores.

Crear antes que compartir

En buena medida las tendencias evolutivas se enfocan en compartir con la intención de integrar con diferentes denominaciones de significados similares; así es como surge el concepto de “beneficios compartidos”, el de “valores compartidos” y otras tantas versiones.

Cuando compartimos en alguna medida distribuimos y al hacer esto lo que logramos es que se mantenga la metáfora que considera al mundo como una ecuación cuyo resultado es cero.

Una ecuación donde cada uno de los términos representan a las personas que componen la comunidad de manera tal que algunas tienen menos que otras, algunas no tienen nada, otras tienen mucho y así se presentan las diferentes variantes tanto como pasa en la vida real pero en este caso con la característica de que el resultado es igual a cero; considerando esta característica como equilibrio e identificándolo con la naturaleza.

El problema de una ecuación cuyo resultado es cero consiste en que para que un término [una persona] obtenga más [de lo que sea en cada caso, ya que la metáfora funciona con independencia de las unidades -puede ser dinero, alimentos, bienes…-] otro tiene que perder.

Si planteo el concepto de “beneficios compartidos” implica que un empresario -por caso- deberá compartir sus ganancias con la comunidad, significa un planteo francamente injusto; e innecesario.

Una cosa es que no gane a costa de la comunidad ni del medioambiente pero otra bien distinta es que deba compartir sus ganancias.

La sustentabilidad depende, y hacia allí debe recuperar su norte, de su capacidad de generar valor; valor que depende del rol de cada una de las personas involucradas.

No todos desean dinero en todas las circunstancias, incluso para las empresas cuyo sentido lo encuentran en la obtención de lucro hay valores que preceden al dinero y sin los cuales es imposible obtenerlo.

El enriquecimiento en valores ocurre cuando coCreamos valor y obtenemos valor a cambio quedando todos y cada uno de los involucrados mucho más ricos y con posibilidades ciertas de progreso hacia donde dispongamos poner nuestras energías.

Hacia donde nos conviene hacerlo, hacia el bienestar de la comunidad y de cada uno de sus miembros en un medioambiente fértil y generoso.

Fernando Solari

Esta es mi opinión, pero estamos en una comunidad que se enriquece con el diálogo, y aquí abajo tenemos un cuadro de diálogo abierto para intercambiar ideas, ¿te sumás? ¿Compartís tu opinión? ¿Tu punto de vista? ¡Gracias por adelantado! Abrazo

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