COLUMNA

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Sustentabilidad futura

En términos de sustentabilidad suele haber más trabajo hacia adelante, basado en pronósticos e intenciones, que los resultados que se pueden obtener en forma inmediata por lo que su puesta en práctica reclama una mirada estratégica y abarcadora.

La sustentabilidad viene carreteando desde hace un tiempo prudente en una pista larga que modifica su nombre sin llegar a un punto de despegue que permita alcanzar una altura de crucero que nos asegure un viaje por el que haya tenido sentido pagar el ticket.

Seguimos considerando a la RSE (Responsabilidad Social Empresaria) como evolución sin considerar que no se trata más que de la forma correcta de gestionar una empresa; cuando su alternativa debería ser la “Irresponsabilidad Social Empresaria” inadmisible desde todo punto de vista.

Esta tentación por cambiar la forma de nombrar las cosas sin que se modifique lo que hacemos valida considerar a mucho de lo que ocurre en un terreno que pretende ser sustentable como “Filantropía Tuneada” considerando que la generosidad siempre será bien vista y, cuando tenga un volumen importante, adquirirá la capacidad de eclipsar todo aquello que preferiríamos no hacer pero que encontramos más simple maquillarlo que cambiarlo.

Quienes llevan adelante las empresas enfrentan desafíos que, en buena medida, los obligan a ser concretos y resolver el día a día con la presión por salir adelante para que su actividad no se detenga por la responsabilidad que tienen a cargo.

Personas, inversiones, materiales, acuerdos… son razones suficientes para que quien los tenga a cargo intente seguir adelante superando escollos de la mejor forma posible; sin embargo eso hacen quienes tienen a su cargo la gestión de una empresa.

Táctico y estratégico

Quienes gerencian una empresa tienen el mandato de resolver el día a día sin que ningún obstáculo impida la evolución del negocio que tienen a cargo y por el cual deberán rendir cuentas a otras personas.

Esas otras personas son las que están a cargo de la empresa con la diferencia de contar con una mirada mucho más abarcadora y amplia.

Quien tiene a su cargo la estrategia de la empresa mira hacia adelante y se ocupa de que se alcancen los objetivos, aquellos que han sido fijados a una distancia prudente para que el tiempo que demande alcanzarlos permita alcanzar todo aquello que se busca.

Una empresa que no gana dinero no es una empresa, pero el dinero no es lo único que persigue una empresa, ni siquiera sus inversores a quienes les importa la rentabilidad.

Las empresas persiguen valores, y los alcanzan en base a lo capaces que sean para generar valores equivalentes.

Los empresarios tienen la capacidad de aprovechar oportunidades pero no son oportunistas, son constructores de un futuro mejor; un futuro que mejora con su aporte y por el que obtienen valor a cambio.

Para que el día a día de una empresa sea sustentable, para que así lo gestionen quienes cumplen ese rol, debe ser tomada la decisión por los empresarios de trazar la estrategia con una mirada sustentable.

Fernando Solari

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Sustentabilidad distintiva

Las organizaciones de todo tipo tienen que demostrar que son capaces de brindar mucho más de lo que se espera de ellas por varias razones que se potencian entre sí; en primer lugar porque si se limitan a hacer lo que se espera de ellas sería muy sencillo suplantarlas, y la permanencia es un valor en sí mismo.

Permanecer es un valor que implica progreso porque la comunidad es la que avanza y evoluciona por lo que si una organización se estanca para la comunidad representará un retroceso.

Si una organización se limita a cumplir su rol recurrir a ella será solo en busca de completar un trámite administrativo que, antes que ser suplantado por otra organización, encontrará el sustituto en una simple herramienta a la que la tecnología facilite su acceso.

Si una organización no brinda valor se limita a consumir valor sin que haya un intercambio por lo que se enfrentará con un reclamo razonable que le exigirá dejar de consumir aquello que no abunda y puede ser invertido en mejores organizaciones medidas en término de valor generado.

Este escenario es impensable en el sector de las empresas por su naturaleza competitiva y porque hay grupos de interés que reclaman como no lo hacen otros grupos de la comunidad teniendo a los inversores en la primera línea.

Diferente por supervivencia

El progreso de las empresas por salir del terreno de lo esperable para poder mantenerse compitiendo en el mercado descansó en la innovación y pericia por ofrecer productos y servicios superiores a los de la competencia con un agotamiento generado por la facilidad con la que se copian -o roban en forma desprejuiciada- las innovaciones contado con ingeniería inversa que en muchos casos permite mejorar lo que se copia en el caso de los productos tangibles como lo es la capacitación y la difusión de conocimientos para los servicios.

Frente a esta nueva realidad las empresas encontraron oportuno desarrollar -o poner en evidencia para aquellas que lo tenían desarrollado- el vínculo con la comunidad para validar la licencia social que requerida para actuar sin conflictos e intentar contar con la protección de la comunidad frente al embate de competidores inescrupulosos a quienes nos les importen los métodos para tomar su lugar.

La primera reacción consistió en mostrarse como Socialmente Responsables confiando en que de esa forma la comunidad no solo renovaría su aceptación sino que las preferiría gracias a su condición de compromiso comunitario.

Buscar distinguirse por la condición de responsable implica que hay empresas que no lo son y esto es inválido por naturaleza; la condición de irresponsable impide mantenerse en la categoría empresaria tanto como el ser responsable es una condición básica para toda empresa que pueda ser considerada como tal.

Los esfuerzos invertidos en mostrar que uno es lo que se espera que sea son inválidos en términos diferenciales por genéricos.

Destacarse requiere de diferenciales que sean sostenibles y de valor por lo que el concepto de sustentabilidad es el que mejor se adecua como generador de valor sostenible representando el máximo valor distintivo y competitivo para construir reputación en forma integral.

Si la reputación es el resultado de una imagen y un prestigio coincidentes en esencia y potenciadores en términos de resultados generarla integrando al negocio con la comunidad, las personas que la componen y el medio ambiente común permite obtener tanto valor competitivo como seamos capaces de generar.

Nos distinguimos por aquello que hacemos, por cómo lo hacemos y de qué forma lo mostramos teniendo en el comportamiento sustentable la oportunidad de alcanzar la máxima distinción reconocida -y valorada- por toda la comunidad a través de cada uno de quienes la componen.

Fernando Solari

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Sustentabilidad demandada

Las empresas notan que la comunidad les demanda más compromiso y responsabilidades cambiando de manera radical la forma de llevar adelante los negocios ya que al modificar la realidad los caminos se bifurcan.

La primera reacción suele ser la más impulsiva y es la que se recomienda descartar; en este caso a las empresas les cabe la pregunta de por qué les reclaman a ellas cuestiones que son de competencia directa de los gobiernos.

Incluso aquellas demandas en relación al desempeño de ciertos negocios que califican amablemente como controversiales -mineras extractivas, tabacaleras, industria armamentística por tomar algunos pocos ejemplos- tienen todos los papeles en regla y hacen exclusivamente lo que les permiten hacer quienes fijan las normas en nombre de la comunidad.

Por este lado aparece una crisis de representación de los intereses de la comunidad que ameritan otro espacio y un análisis diferente, pero lo que queda claro es que “yo no fui” deja de ser opción válida para las empresas que deberán buscar por otro lado.

Asumir el reclamo comunitario puede representar para las empresas una carga extra considerando que luego de cumplimentar todas las exigencias a las que tienen que responder ahora se suma una que parte en forma directa desde la comunidad y que los enfrenta a una suerte de velada extorsión: o dejan contenta a la comunidad o ésta se encargará de hacerles la vida imposible.

Esta reacción pone en evidencia la forma de actuar de ciertas y determinadas empresas que utilizan para leer la realidad la misma lente con la que intervienen en ella; si tenemos un modelo de abuso creeremos que el resto intenta hacer lo mismo con nosotros y reaccionaremos compensando.

Me quedo con algo que no me corresponde, aunque lo haga de manera legal como ocurre con el caso de la salud de las personas que no pueden abandonar el tabaco, pero compenso haciendo obras de caridad.

¿Compenso?  Es ilusorio, aunque claramente con la energía que facilita la inversión logre mostrar una “cara amable” que reclama cada vez más recursos para mantenerse temporalmente estable.

Demanda representa oportunidad

El problema de los negocios “controversiales” es que ganar abusando es más tenso que ganar facilitando.

Todo lo que genera complicaciones es administrativamente más costoso además de comprometer ganancias actuales y futuras, lo que complica ciertamente -y en profundidad-, es el futuro del negocio; su propia subsistencia.

Hoy somos legales pero es una situación que tiende hacia lo insostenible en tránsito cada vez más rápido.

La demanda creciente de la comunidad también puede tomarse como una oportunidad y hay empresas que lo hacen, que eligen este camino.

Considerar a la demanda de la comunidad como una oportunidad nos transforma en sustentables y en mucho más ricos que aquellos que no lo hacen.

La riqueza generada por abuso es una riqueza explosiva, por la forma en que crece y la forma en que se transforma en culpa y contamina todo lo que hagamos a partir de ella.

La riqueza sustentable, en cambio, es aquella que se genera a través de intercambios de valor en los que el dinero es protagonista pero no exclusivo ni excluyente.

Integrar al otro, a la comunidad, en lo que hacemos permite que los resultados de valor los generemos ambos y nos enriquezcan en forma simultánea.

La comunidad demanda lo que no obtiene por lo que si nos anticipamos y le brindamos el valor que necesita lograremos trabajar integrados empujando todos hacia el mismo lado y el rol de cada uno será facilitado.

Fernando Solari

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